martes, 4 de noviembre de 2014

Un pueblo especial - Meditación Diaria

Algunas veces, hasta los creyentes olvidamos cuál es nuestro propósito en la vida. Por el ajetreo del día a día es muy fácil olvidar que somos creaciones maravillosas a los ojos de nuestro Creador, y que tenemos un propósito en la vida. Es por eso que 1 Pedro 2. 9, 10 nos enseña que para el Señor somos . . .

1. Linaje escogido. Lo que quiere decir que usted no necesita luchar por ocupar un lugar en la casa del Señor, ya que Él le escogió. El Dios del universo le buscó activamente porque quería entablar una relación eterna con usted. ¡Usted fue seleccionado por Dios mismo!

2. Real sacerdocio. En los días del Antiguo Testamento, un rey no podía ser sacerdote, y un sacerdote no podía ser rey. Las dos funciones estaban separadas y eran distintas. Pero, en Cristo, Dios ha puesto a cada creyente en una nueva categoría. Ahora somos hijos del Rey, y tenemos acceso libre y personal al Dios todopoderoso. Somos del rey.

3. Nación santa. La palabra santa significa simplemente “apartada”. El Espíritu Santo ha sellado a todos los creyentes como hijos de Dios (Ef 4.30), y nada puede deshacer esa relación con el Padre.

4. Posesión de Dios. ¿Está consciente de cuán valioso es usted para el Padre celestial? Vale tanto para Él, que compró su salvación a un gran precio: La vida de su Hijo unigénito (1 Co 6.20).

Nada en cuanto a usted toma por sorpresa a nuestro Dios omnisciente, omnipotente y omnipresente. Él le hizo para que sea su representante en el mundo, y por eso le conoce totalmente. ¿Refleja su vida la posición que Dios le ha dado?

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