jueves, 9 de octubre de 2014

Humíllate (Prov. 6:3).

Humíllate (Prov. 6:3).

A la mayoría de las personas les resulta muy difícil disculparse. Por el contrario, quienes le sirven a Dios demuestran que son humildes admitiendo sus errores y pidiendo perdón. Además, están dispuestos a perdonar a quienes los ofenden. El orgullo divide y enfrenta a las personas, pero el perdón promueve la paz entre todos nuestros hermanos. Los cristianos también demostramos humildad disculpándonos de corazón cuando las circunstancias no nos permiten cumplir con algún compromiso que hayamos adquirido. Aunque tal vez no seamos los únicos culpables, si somos humildes, vamos a estar dispuestos a admitir nuestra parte de responsabilidad (Prov. 6:1-5). ¡Qué agradecidos estamos de que las Santas Escrituras nos animen a comportarnos como “uno de los menores”! (Luc. 9:48.)

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